«Tengo que hacer la compra de la semana, pero da igual, mi frigorífico lo hará por mí. Sí, amigos, mi frigorífico me hace la compra. Simplemente tiene registrados los productos que hay dentro y cuando se quitan o acaban, y previa autorización hace la compra por Internet, y el supermercado me la trae, eso sí, la tengo que meter yo dentro«.
Este ejemplo me sirve para hablar del Internet de las cosas o los objetos (IoT las siglas en inglés). Se trata en resumen de relacionar objetos de uso cotidiano con la Red, y conectarlos entre si y con nosotros. Así tenemos, además del frigorífico, los coches para poder navegar por Internet o recibir correos, y que pida la cita en el taller para su revisión; unas zapatillas de correr que registran en la Nube todos nuestros recorridos y así los podemos controlar desde nuestro ordenador; un inodoro que analiza nuestra orina; cepillos de dientes que te pueden alertar de caries; microondas con pantalla y conexión a Internet, brazaletes que controlan nuestras constantes y las envían a nuestro ordenador, los «smartwach», relojes con conectividad, o las ya muy habladas gafas de Google con pantalla incluida, etc, etc.
Como podemos ver nuestros objetos personales, de trabajo, del hogar, etc. se están interconectando. Esto puede dar miedo a algunos, pero creo que es mejor verlo como una avance, nos puede facilitar la vida en todos los sentidos, y como en todo lo que respecta a la tecnología, hay que saber utilizarla para que no sea ella la que nos controle. Normalmente los detractores de la tecnología es porque no la conocen ni la entienden.
Hablando de todo esto seguro que alguno se ha acordado de la domótica, es decir, automatización de procesos habituales, como subir y bajar persianas, encender o apagar las luces, los aspersores, la calefacción, conectar alarmas, y un largo etc. Pues ahora se sube un escalón más y a esos procesos se les une Internet con todas sus capacidades.
En realidad muchas de estas cosas que estoy diciendo ya hace tiempo que funcionan pero que Google esté entrando en ese mundo significa popularizarlo y darle un empujón más.
La vida, tecnológicamente hablando, va ir todavía más deprisa, y quien pierda el tren, le costará más integrarse en la sociedad, así que tendremos que ponernos las pilas.
Carlos Gómez Cacho