Desde que los «smartphone» o teléfonos inteligentes son los reyes de las comunicaciones móviles, nuestras costumbres sociales se han ido modificando, y en ocasiones, para mal.
Seguramente casi todos nos hemos encontrado en la situación de sentirnos ignorados en una comida familiar o una reunión de trabajo, por parte de alguien que está más pendiente de su móvil o tableta que de sus compañeros de mesa. Pues lo que hace esa persona ya tiene nombre (en inglés como siempre), «phubbing» (de las palabras «phone» y «snubbing»). Así se podría definir como el acto de menospreciar a quien nos acompaña al prestar más atención a su dispositivo móvil que a su persona.
Seguro que si nos paramos a pensar un poco, veremos que en alguna ocasión hemos sufrido el «phubbing» o lo que es peor, lo hemos hecho nosotros. Por ello ya existen numerosas plataformas «antiphubbing«, que aseguran además, que el 90% de los adolescentes utilizan el contacto vía texto en detrimento del cara a cara (es una imagen habitual, en esas edades, ver a un grupo cada uno con su móvil sin ningún contacto entre ellos).
Otras iniciativas en contra de dicho fenómeno viene de algunos restaurantes donde han creado un servicio de «guarda móviles» donde los usuarios que quieren dejan sus dispositivos al entrar y los recogen al salir. Ayudando así a garantizar una velada más agradable y sin interrupciones.
Depende de todos, y en especial de colegios y familias, el minimizar este acto tan descortés. ¿Y si empezamos por nosotros mismos?.
Carlos Gómez Cacho