
Metaverso, uno de los últimos conceptos tecnológicos de moda, ha encontrado un buen tándem con los NFT, otro nuevo concepto, aunque con un poco más de veteranía.
Pero quizás lo primero que deberíamos hacer es comprender en qué consisten estas últimas tecnologías. Evidentemente lo intentaré explicar de forma simple para poder tener una idea general de lo que se trata, no pretendo profundizar técnicamente en dichos conceptos.
El metaverso ha aparecido de la mano de Meta, el nuevo nombre que Facebook ha dado a la evolución de su red social, y con el que pretende revolucionar la forma en la que nos relacionaremos, creando un universo paralelo. Tenemos que imaginarlo como una realidad virtual a la que accederemos mediante determinados dispositivos (como unas gafas especiales, etc.) y en la cual tendremos nuestro propio avatar, que es una representación gráfica de nosotros mismos en entornos digitales. ¿Y qué podremos hacer en ese metaverso? Pues de todo, o casi todo… trabajar, divertirnos, estudiar, comprar, etc. Existirá una moneda virtual que podremos comprar con nuestros euros, dólares, etc. Realizaremos reuniones reales de trabajo con nuestros avatares en salas virtuales de nuestra empresa, por ejemplo, es decir una evolución de las videoconferencias. Tomar unas cervezas, virtuales, con los amigos sería otra posibilidad. En general será una nueva experiencia en un mundo paralelo sin muchas de las limitaciones del mundo real.
Actualmente ya se puede utilizar, aunque todavía se encuentra en las primeras fases, la entrada se hace desde Facebook pero es necesario comprar unas gafas de realidad virtual y unos controles de mano.
Evidentemente se nos plantean dudas, especialmente lo que puede afectar a nuestra vida real estar mucho tiempo en ese mundo paralelo. El tiempo lo dirá. De momento todas las grandes compañías, y no tan grandes, quieren tener su empresa virtual dentro del metaverso. Si has tenido alguna experiencia en la realidad virtual te será más fácil entenderlo.
Y, junto al metaverso, los NFT (non fungible tokens) o elementos no fungibles y únicos, en este caso serían certificados de propiedad almacenados en una cadena de bloques, respaldados con la tecnología de blockchain (la que se usa para las monedas virtuales con una seguridad muy alta). Es una tecnología que está avanzando muy rápido y sus posibilidades son inimaginables.
Su relación con el metaverso es evidente pues se pueden utilizar para demostrar la propiedad de parcelas virtuales, obras de arte digitales, piezas o elementos de coleccionismo (que solo están en versión digital), etc. El mundo creativo tendrá una gran oportunidad. Los posibles problemas actuales pueden venir por los temas jurídicos, fiscales, etc. es decir conceptos del mundo real que deben aplicarse al universo virtual.
En todo caso se augura un gran futuro a esta relación. Os invito a seguir conociéndola, aunque no sea de vuestro agrado, pues cada vez irá teniendo mayor incidencia, también, en nuestro mundo real.
Carlos Gómez Cacho.