Vuelven los QR

Como estamos observando y comprobando en primera persona, esta pandemia está poniendo a prueba nuestros conocimientos sobre tecnología. Y una de esas tecnologías son los códigos QR. Hace ya unos cuantos años, en este mismo foro, hablamos de ellos como la forma de relacionar la vida analógica con la vida digital. Su uso aún no era muy extensivo, básicamente por desconocimiento y por su mala aplicación, especialmente por parte de las administraciones públicas, que provocaba que la ciudadanía no confiara en su uso.

Los códigos QR llevan con nosotros más de 25 años, desde que en 1994 una compañía japonesa los creara, y son además de código abierto libres de derechos de autor, por expreso deseo de sus creadores. También llamados «bidi» (de bidimensional), pues son códigos de barras transformados en cuadrados bidimesionales. Su nombre real es «Quick Response Barcode» (Código de barras de respuesta rápida) quedándose en código QR como nombre habitual.

Su finalidad es la de agilizar el acceso a diferentes informaciones. Lo más común es acceder a páginas web (empresariales, públicas, ofertas, servicios, catálogos, etc), pero también a fotografías, vídeos, archivos PDF, etc. Para poder utilizarlos tenemos que disponer de unas apps, instaladas en nuestros dispositivos móviles, o bien a través de las cámaras como si fuéramos a realizar una fotografía, pues ya muchos móviles incorporan esa posibilidad, no necesitando instalar ninguna app.

El resurgimiento actual de esta tecnología ha venido, principalmente, de la mano de la hostelería, al no poder ofrecer las habituales cartas de productos. De esta forma limpia y muy higiénica podemos ver dichas cartas en nuestros móviles, e incluso guardarlas para otras ocasiones. También los medios de comunicación han descubierto en ellos una buena forma de  facilitar la difusión de informaciones de interés o para acceder a campañas sociales.

La forma de crear esos códigos QR también es sencilla pues existen numerosas aplicaciones en Internet que nos permiten crearlos.
En definitiva, el código QR es una forma muy sencilla de poder acceder a contenidos de variado interés para la ciudadanía, y a los profesionales les puede facilitar ofrecer sus productos y servicios, pues ya se han convertido en algo normal en nuestra vida cotidiana.

Carlos Gómez Cacho